11.10.04

Hermano silencio

Estoy hermanado con el silencio. Pero no es un silencio derrotado.
No es un silencio de grandes pinzas arrancándome la voz. No es como la marea trepando agazapada sobre la espalda de la tierra, mientras mi garganta estaqueada de pies y de manos la ve crecer hambrienta; la ve devorar las inconclusas huellas de palabras inquietas. Las mandíbulas vienen y van como las olas y ella ve. Como cuando el diente dibuja en la piel un grito de agujeros desgarrados.
Te aseguro que no es un silencio lejano de venas como serpientes disecadas que siempre te miran.
No es acaso el vacío en los ojos de ese silencio perforador que a veces frecuenta las noches, eso es más ruidoso que el zumbido que destila la ciudad cuando muere. Yo sé de las sombras insensatas que sigilosas imitan al silencio y arrasan con las ingenuas voces que se creen viento.
Pero he conocido al silencio-hermano. El que no es mudo sino que ha aprendido a escuchar. Y en su inefable don de saberse nada dice las palabras más bellas, en la brisa del alba en mis ojos que ahora ven, en la lluvia de ensueños que moja mi alma, en los vientos que dibujan las manos de Dios.
Cada día más mi cuerpo es la evanescencia del mundo. Muta mi naturaleza humana a silencio.
Porque he conocido al silencio-sabio. Y las voces de mi voz han muerto en la arrogancia de algún pensamiento, en el fondo del mar.

de De Bouiller, Argentina
Este poeta y escritor dirige la página "Planetharia".

www.planetharia.com.ar
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