24.8.05

Como un Himno

Como un himno te canto en silencio. Como un marcial grito a la patria desquiciada entono la garganta y grito a los cuatro vientos tus voces hambrientas, niño mío. Como a un pájaro que han dejado sin plumaje –esencia de huesos quebradizos- le canto a tus pies indigentes y a tu pecho henchido de agonías. Como a un ave altiva que sólo pisa el barro, miro tus ojos legañosos. Canto a tu llanto y a tu risa –sin sentido y sin excusas- que afloran calladas como el alba. Canto y lloro por todos y por todo el menoscabo; por lo que roban, lo que matan detrás de un escritorio. Por mi falta de fuerzas, por mis culpas, por mi voto, por venderme para que mueras sin saberlo, por la mueca atroz de tu inocencia, por los tambores de guerra que abren todas las miserias a fuerza de redobles sin comida. Canto y cantas, niño mío, por todo lo que no tengo y todo lo que te sobra, este himno a la vergüenza de ser hombre. Y al final, eternamente, cantamos por lo mismo.

de Juan José Mestre ©, Argentina
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