29.2.08

Arte Poética

Soltar la lengua, de manera que no trabe el producto
que viene desde adentro, impulsado
por una fuerza superior
y el hábil juego de riñón y diafragma;
insistir presionando los músculos
como para expulsar
un caballo o un cíclope;
repetir el procedimiento
provocándolo inclusive con los dedos
o una materia acre,
hasta quedar vacío, sólo reseca piel,
odre para colgar del primer árbol,
extenuada matriz de lo volátil, acaso de la luz.

de Horacio Castillo, La Plata, Argentina
Incluido por Fijando Vértigos en su “Antología de poetas argentinos”.
__________________

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy una admiradora de la poesía de Horacio Castillo y siempre que puedo menciono precisamente su magistral trabajo en Arte Poética.
Gracias por acercarlo a esta bella página de poesía.
Liliana Chavez