14.6.14

Sólo texto

Al leer el tiempo se marea.
                 Borracho
atraviesa senderos inexactos.

El tiempo sigue,
                 pero no se engaña.
Sabe que a veces
lo vence una palabra.

Una palabra
que es aguja de reloj y dispara,
que detiene el amanecer sobre
                 el filo del horizonte.
Una palabra que atraviesa 
                 y no mata.

Nunca mata
la palabra precisa,
la palabra exacta,
la que entra sin llamar y se instala.
Lo que verdaderamente aniquila,
-lo que espanta-
es el tiempo que se pierde
sin hallarla.

de María Laura Riba, periodista y novelista argentina radicada en La Habana, Cuba
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1 comentario:

Anónimo dijo...

... el tiempo que se pierde en hallar la palabra exacta, es muy interesante ese concepto. Santiago M.