Al leer el tiempo se marea.
Borracho
atraviesa senderos inexactos.
El tiempo sigue,
pero no se engaña.
Sabe que a veces
lo vence una palabra.
Una palabra
que es aguja de reloj y dispara,
que detiene el amanecer sobre
el filo del horizonte.
Una palabra que atraviesa
y no mata.
Nunca mata
la palabra precisa,
la palabra exacta,
la que entra sin llamar y se instala.
Lo que verdaderamente aniquila,
-lo que espanta-
es el tiempo que se pierde
sin hallarla.
de María Laura Riba, periodista y novelista argentina radicada en La Habana, Cuba
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1 comentario:
... el tiempo que se pierde en hallar la palabra exacta, es muy interesante ese concepto. Santiago M.
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