16.1.16

Fortunella

El quinotero florece
como un rayo de sabor
sobre un rinconcito de pasto.
Su madurez amarilla gira con la brisa.
El ojo revuelve
entre el remolino de frutos.
Algo dice: no tocar.

Sujeta por las ganas
vivo mi vida como ladrón.
Arranco el fruto de la rama
antes de que se marchite a mis pies.
Miles de quinotos
caen sin esfuerzo.  son ingobernables.
Claro: él es un árbol.

Me zampo a embolsarlos.
Algo haré con ellos.
Advierto que no sólo yo robo.
Hay juguetes alrededor del árbol.

¿Qué es lo que me gusta?
¿Que algún niño juegue, que se los coma?
Yo los deshago en mermelada
porque soy un animal en cuerpo de mujer.

El dulce cura (si no estamos enfermos).

La sola idea de la cocina, cálida y humana
me encanta.
Esa es mi verdad.
La del árbol: los frutos.   


de Estela Barrenechea, Buenos Aires, Argentina
De "El revés de la luz", sector 'Lo hondo del aire'.
Biodata: http://biografiadelosautores.blogspot.com.ar/2012/06/estela-barrenechea.html
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Un hermoso poema para un árbol hermoso y no tan recordado.
Santiago M.