28.2.17

Mare Nostrum


Esa mañana
la amó
entre la llovizna,
recitando
un antiguo salmo marino.
La habitación como un
esqueleto sumergido
se llenó poco a poco
de misteriosos brillos.

Se fue como había venido.
Su destino marcado
en el azar de una carta.
El pesquero se astilló
en la tormenta.
A la playa volvieron
burbujas herrumbradas,
vacíos envases de tabaco.

Ella murmura
en el muelle.
Otra vez
las gaviotas 
están regresando
demasiado tarde.


de Francisco Alberto Chiroleu, Rosario -Sta.Fe-, Argentina
De "Ceremonias".   
Sitioswww.lexia.com.ar
cementeriosypalabras.wordpress.com

3 comentarios:

Anónimo dijo...


Uuuau, qué buena esta intrigante ceremonia marina!!!!
Mandi Fontana

Anónimo dijo...

qué dulzura y qué final de ausencia denotan las gaviotas en el poema!! para leer y releer y sentirse protagonista. mérito del poeta.susana zazzetti

Anónimo dijo...

impecables imágenes metafóricas. j.dalesio