15.6.17

En la playa de estacionamiento


Iba a arrancar el auto aquella tarde
cuando una mariposa,
que apareció de la nada,
se puso a danzar sobre el parabrisas.
"Es el espíritu encarnado de Chuang Tzu
que preanuncia el estío",
exclamó mi acompañante.
Y yo le creí,
porque basta amar la poesía
para ser sorprendido por algún milagro.


de César Cantoni, La Plata -Buenos Aires-, Argentina
De su libro "Diario de paso".
Entrevista al autor: http://www.lexia.com.ar/Reportaje_Cesar_Cantoni.html

2 comentarios:

E. Rai dijo...


Y como probablemente también diría, basta amar la poesía para provocar la alegría de las mariposas.

Anónimo dijo...

Este es un bellísimo poema. Malala