La desdicha reconstruye
el pecho de las madres
con una cierta dignidad. Dicen.
Se duelen. Asimismo escriben.
Se tapan los ojos
para no leerse en el horror.
Apartan entonces los papiros
las hojas, las violetas hojas de arroz
dejan su puñal a un costado de la mesa de roble
y pierden la mirada en la
tarde de lluvia de sus páginas.
Algun día, dicen.
Algo resplandece.
el pecho de las madres
con una cierta dignidad. Dicen.
Se duelen. Asimismo escriben.
Se tapan los ojos
para no leerse en el horror.
Apartan entonces los papiros
las hojas, las violetas hojas de arroz
dejan su puñal a un costado de la mesa de roble
y pierden la mirada en la
tarde de lluvia de sus páginas.
Algun día, dicen.
Algo resplandece.
De "Privilegio del silencio", sector 'Entre el gozo de la voz y la palabra'.
Sitio: http://www.vinciguerra.com.ar/index.html
4 comentarios:
Estoy maravillada con la expresión lírica de esta difícil temática.
Marisol Mounier
Qué belleza de poema, felicitaciones!
Natalia Saenz
Conmovedor y, por supuesto, resplandeciente.
Bellísimo poema, en que se da al dolor categoría estética. Hermosas imágenes, originales y muy poéticas. Adriana Maggio (Dirbi)
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