9.8.04

Vaticinio

Los polvos que el mago lanzó al fuego chispeaban al igual que los ojos del rey al oír lo que decían las estrellas. ''El príncipe matará a su padre; no te sugiero que lo mates, simplemente no lo críes'', dijo el hechicero para tratar de calmar a su señor y amigo. "Es mi único hijo y no puedo acceder a lo que me pides", respondió el monarca y dando media vuelta se marchó a ver a su esposa. La voz del nigromante a sus espaldas tratando de hacerle entender que no se puede luchar contra lo que está escrito, se fue perdiendo en los corredores del castillo. Entró en el cuarto donde se encontraba la reina y vio que sostenía al niño para colocarlo en sus brazos. ¿Cómo algo tan bello e inocente podría dañarlo? Un hijo, el heredero tan esperado estaba al fin colmando sus ansias. Mientras pensaba esto rió como nunca, su corazón latió sin par, henchido de amor y emociones indescriptibles, alcanzando un ritmo inusualmente acelerado...
Cuando el mago llegó ya era tarde.

de Ray Respall Rojas - La Habana, Cuba
Ray tiene 17 años de edad y libros publicados.
Este cuento lo escribió a los 15.
E-mail: tgrafica@cubarte.cult.cu
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