23.8.05

El barco del adiós

Yo soy el niño que juega con la espuma
de los mares desahuciados
Por esa playa embanderada de gaviotas
yo estiro mis brazos como flojas redes
mientras las olas pellizcan mis sueños
y una sola lágrima revienta contra las rocas
Los arrecifes se asoman a la orilla
vienen descalzos a bailar sobre mi alma
y en sus labios traen algas y corales
la levadura del mar convertida en beso
Yo muevo mis pies entonces
como dos viejos remos
mi corazón es un océano de rostros y de manos
y yo entro en él sin darme cuenta
con mi equipaje de arena
aferrado al timón del viento
a la proa de los años
donde una voz que no es mi voz
eleva el ancla de este pequeño barco
que se aleja con mi infancia a bordo

de Mario Meléndez, Linares, Chile
Con libros editados y premios en su haber, este poeta fue nombrado Miembro de Honor de la Academia de Artes y Letras de Roma en el año 2003. Actualmente es Presidente de la Sech, en la región del Maule.
Texto seleccionado de la publicación enviada por "La Bota Literaria", Año VI Nº XXI - Julio 2005.
labotaliteraria@sinectis.com.ar
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1 comentario:

César Augusto Vernengo dijo...

Para un barquero viejo como yo, tu poema a la muerte marinera es muy sentido.