Quieres cambiar. Lo has meditado mucho.
Pero no basta que el peine escoja
el hemisferio opuesto y sacrifique
las ondulantes costumbres del cabello.
Si la cama gira sobre la pista y en la arena
descubres el crujir de tus acosos,
mientras el payaso te mira desde las gradas;
si las luces fingen la razón del laberinto
y al abrir sus orificios en la noche
reconoces la carcajada del escogido;
si hueles a forastero, entonces no será tuyo
el ritual de los cambios.
Serás la duda de la coartada perfecta
que te prepara tu doble:
ese perverso niño que habita los insomnios
y es casi atractivo si no fuera de espuma y cal;
la mutación continúa. Ojalá puedas pensarlo todavía.
de Carlos Martí Brenes, La Habana, Cuba
Del libro "Te llamaré Logor", el presente poema también forma parte de "Incesante Rumor", antología de poesía contemporánea.
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