Hay duendes que caminan las huellas de mis ojos,
poblando de rutina sus penumbras.
Acercan a esta mesa telarañas
de rostros tan amados
que se han vuelto recuerdo,
oscuros de silencios
donde tala la mesura el alba del tiempo.
Arcones y perezas,
las velas de los náufragos,
heridas que manchan el brillo de las manos
y abren terraplenes de estrofas inconclusas,
besos que no he escrito cegados de tormentas.
Lejos
la lluvia
persigue los fantasmas
donde muere la inocencia.
de Norberto
Barleand, Buenos Aires, Argentina
De "Finalmente el hombre".
Facebook: https://es-la.facebook.com/norberto.barleand.3De "Finalmente el hombre".
Más sobre el autor: https://poesiainexorable.wordpress.com/2016/07/09/norberto-barleand-buenos-aires-argentina/
5 comentarios:
Éste es uno de los poemas insoslayables del amigo Barleand, lo felicito.
Hermoso, pleno de imágenes y metáforas.
Eli More
Duendes, telarañas, fantasmas... recuerdos mágicos empecinados en ser escritos. Estupendo.
Sin duda se trata de una interesante y profunda introspección.
Saludos.
Ricardo Torres Bellant-
Preciosa poesía...
Publicar un comentario