14.5.13

Sin barca ajena

Como una voz varada en la niebla,
así se oía, sensible a otros recursos.

Tomó los remos y enfiló hacia el puerto
dejando sirenaicas en las sogas.

No pudo ver que hasta los peces se dormían
apacibuados por rumores y el silencio.

No pudo ver que se encrespaba la corriente
y los perfiles airados nutrían a las olas.

Sólo deseaba llegar al rumbo en lejanías;
tomar las redes y enhebrar los gestos:

los que parecen breves y son como refugios
que vencen a la voz varada en la niebla.

de Graciela Susana Puente, Buenos Aires, Argentina
Poema que forma parte de su libro "Salir volviendo", de reciente edición.
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