Como una voz varada en la niebla,
así se oía, sensible a otros recursos.
Tomó los remos y enfiló hacia el puerto
dejando sirenaicas en las sogas.
No pudo ver que hasta los peces se dormían
apacibuados por rumores y el silencio.
No pudo ver que se encrespaba la corriente
y los perfiles airados nutrían a las olas.
Sólo deseaba llegar al rumbo en lejanías;
tomar las redes y enhebrar los gestos:
los que parecen breves y son como refugios
que vencen a la voz varada en la niebla.
de Graciela Susana Puente, Buenos Aires, Argentina
Poema que forma parte de su libro "Salir volviendo", de reciente edición.
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