17.9.04

Perdida en la ciudad de serpentina

Ay el hambre,
la inefable bestia de sombrero puntiagudo

Ayer salí a recorrer tus horizontes y sus nostalgias. Y me perdí como un niño entre tanta gente que no decía nada. ¿Cómo podré saber de ti o de aquella mujer que extravió su frente cuando intentó cruzar el espejo del otro lado de la calle?

¡Qué sola estarás hoy, y tal vez mañana cuando las flores vayan vaciando sus nidos! Los paseantes perfuman sus añejas canciones como si de esta forma pudiesen revivir algún sueño embotellado de "no-me-olvides".

Tu pelo fue flotando a la deriva de mi cansancio. Dejó su barco de aleccionadoras palabras y trepó con frenesí hacia un árbol para no volver, para no quitarte las ganas... Elefantes, monos y lacayos colgaron su equipaje en todas partes. No había manera de divisar un solo puente hacia donde correr cuando apretaran las manos.

Ayer salí a recorrer tus fotos y la naftalina que abrigaba tu rostro. Le cosí alfileres a tus dolores de parto para que no remiendes los vidrios de aquellos años. La ciudad no se moviliza de noche y apenas aguarda, sentada en su muro, que le tiendas los dedos en señal de agrado.

de María Milagros Roibón, Argentina
De profesión abogada. Es una de las creadoras del portal literario "Poetas en la red" (www.poetasenlared.com.ar) y editora del boletín que lleva el mismo nombre. Ha obtenido algunos premios literarios y colabora en diversas publicaciones digitales.
E-mail: poetasenlared@hotmail.com
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