Se daba fuerzas mientras corría en el bosque repitiendo "ven a mí, ven a mí". Al cabo de algunas horas, una doncella apareció tras los pinos. Ella gritaba "ahí voy, ahí voy", pero cuando se enfrentó al rostro gélido y la mirada ausente de Narciso, la doncella huyó. Corrió hasta el lago y se arrojó, sin dejar sonido. Desde entonces, Narciso sigue buscando ecos.
de Paula Winkler, Argentina
Doctora en Derecho y Ciencias Sociales, también cursó dos años de la carrera de Letras y en la Universidad del Cine, y es Magíster en Ciencias de la Comunicación. Es ensayista y, como cuentista, su especialidad son los cuentos breves y brevísimos.
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