Ya entorna la hierba su risa
y fluyen del silencio dos acordes,
liras que retozan en la noche
y ya tu aliento perfuma mis espigas.
Andar despacio por tu cuerpo
tras la única pausa de mis manos:
es el enigma que apresura el desafío.
Vagas mis colinas
cual otoño deshojando álamos,
cruzas de norte a sur devorando
cual lluvia de granizo en mi garganta,
no te detiene el polen de mis grietas
y así quiero atar mis cuerdas a tu sombra
para no despertar.
de Martha Lemus Galano, Santiago de Cuba
Esta poeta ha merecido varios premios y fue incluida en antologías. Su poemario, "Tertulia de los locos sin nombre".
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