Mano ligera sobre la palma del suelo,
me abandonas entre las ventanas.
Ánima etérea separada del mundo,
única puerta al infinito.
Fragmentos que parpadean
en eternidad momentánea,
espejismo con sed atormentada,
polvo insípido que se levanta y cae,
en marcha fluye su desnudez
bajo mis ojos.
de Beatriz Saavedra Gastélum, México
El presente poema pertenece a su libro "Sueño obscuro que somos".
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