Hace 134 mil años vivió en África una Eva Mitocondrial, el ancestro directo más antiguo de los actuales sapiens.
Ella caminaba con sus dos piernas, controlaba el fuego, enterraba a los muertos con una piedra triangular vulvular y, en torno a fogatas, reunía a los individuos en primitivos círculos rituales.
A su manera, el descubrimiento genético de la Eva Mitocondrial coincide con los mitos aborígenes sobre una primigenia Diosa, Madre de la humanidad. Y cuestiona el mito patriarcal de Eva costilla de Adán, porque las mujeres “cromosomas X” anteceden 80 mil años a los varones “cromosomas Y”.
La mitocondria que heredamos de esta Eva africana provee de energía y movilidad a las células, y sólo la transmiten las mujeres a sus hijas e hijos; una potencialidad que las Diosas creadoras encarnan en sus míticas historias.
por Analía Bernardo, Buenos Aires, Argentina
Esta investigadora de género y mitos universales, coordina talleres de reflexión sobre el Arquetipo Femenino.
analiabernardo@yahoo.com
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