30.10.05

"Inosha" - Reseña de Lina Caffarello

INOSHA por Juan García Gayo 
Poemas, Ed.Tiago Biavez, 2004.



"Mi obsesión es el tiempo,/ su forma de moverse no escrita / de la que apenas se habla directamente."
Los poemas de este libro van construyendo un entramado donde la palabra nos lleva, más allá de avances y retornos en el tiempo, hacia una sola dirección, la del eje: su protagonista. Inosha, la mujer amada.

Juan García Gayo (poeta con varios libros editados, traductor de autores de lengua inglesa y portuguesa, que obtuvo el Premio Fondo Nacional de las Artes y el Tercer Premio Municipal, e integrante del Consejo de Redacción de la revista "Barataria"), nos introduce desde el comienzo en el conocimiento del dolor del poeta, de la ternura y de los miedos ante el inevitable fin de Inosha. Sentimientos que no le impiden proyectar su lucidez filosófica: "El agujero blanco del destino se abre, se cierra / sin parar. Surgen certezas, iluminaciones / o el lastre de una vida equivocada."

Podemos decir que su ritmo gira en torno a imágenes desprendidas de estas vivencias, que despuntan los recuerdos propios y equilibran la realidad de sus sentidos: "Mi vida va de una despedida que no afloja los dientes / al abrazo más tierno, de la crispación al salto armonioso, / del salto a la caída."

Es así como a través de treinta y tres poemas, y de un decir lírico que no descarta la ironía e incluye el medio tono de la propia supervivencia, el poeta funde la belleza de la vida y del amor con el terrible fantasma de la impotencia frente a la fatalidad, cuestiona los actos cotidianos y los insondables enigmas del destino. Se cuestiona.

Héctor Miguel Ángeli, desde la contratapa del libro, nos indica: "Pero más allá de la belleza, García Gayo nos conmueve por sus pequeños y grandes gestos ante las últimas preguntas y ante el silencio sin retorno y, en definitiva, ante lo inexorable".

Todo resulta impredecible: "A partir de hoy estaré alerta / entre lo desaparecido y lo que desaparecerá. / Necesito el misterio".
Inosha nos señala la precariedad de la condición humana y, a la vez, rescata lo sagrado de la existencia.

por Lina Caffarello - Revista de Literatura "Tamaño Oficio" Nº 29 / Octubre de 2005.
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