a Uma
Gabriel García Márquez piensa que la vida no es lo que se vive sino lo que se recuerda de ella y el modo en que se decide contarla.
El relato de nuestra vida es algo que se puede modificar, cambiando de esta forma la misma existencia. Con datos iguales podemos construir distintas historias.
Angela Pradelli ha sugerido para fin de año no hacer un balance, sino construir un cuento. Pienso que es una idea acertada, el balance está ligado a los números, el cuento se hace con palabras. Así que, si a alguno o a muchos no le dan los números, a lo mejor le dan las letras que son más piadosas y sobre todo más brillantes.
Vivimos en un sistema donde los números reinan. Cantidad y no calidad.
El dinero ya no es visto como un medio sino como un fin que da su valor a las personas.
Los que no lo tienen, han perdido lugar en la escala numérica que es jerárquica.
La otra posibilidad es la red de las palabras, infinita, arborescente, plena de matices. En ésa podemos expresar los sentimientos. Las alegrías y las tristezas se tejen con lenguaje.
Motivos para festejar: los amigos nuevos, los libros leidos, los por leer, las uniones, el juego, las mil y una pequeñas y grandes maravillas de la vida. Los niños que crecen, los que van a nacer.
Vamos a brindar, a recordar a los que no están, a cultivar las burbujas de la alegría y la amistad.
Cariños a todos. ¡Felices fiestas!
por Cristina Villanueva
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