El filtro lila de las 07:am nos engulle en su seno.
¿Qué importará no ser eternos ahora?
Ásperos, dimos al amanecer sus navíos,
sus danzas de ocasión
y la salvaje música de los cuerpos.
Dimos salvajemente y esperamos
como lentos vigías, las rampas que organizan la luz
en la porción más libre y ominosa de nosotros mismos.
(Siempre quise describir las formas
con que arremeten los delirios.)
Sea. ¿Así sea?
Este pastor de lágrimas, el día, silba un salmo tenaz.
Ya sé: negociaremos todo.
de José Emilio Tallarico - Ciudad de Buenos Aires, Argentina
El presente texto pertenece a su cuaderno "En consecuencia" (2005).
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