14.5.06

Hay ojos, ojos ciegos

Hay ojos, ojos ciegos,
que nos siguen,
y hay noches
en que se escuchan
como pasos,
entre el cuchicheo
de palmas y almendrones.
Rondan, rondan
-los murmullos
y chasquidos
resuenan desde allí-,
hasta que el lento claror
los va desvaneciendo
entre el canto de los gallos
y la brisa.

de Eduardo Dalter - San Justo, pcia.de Buenos Aires, Arg.
Este texto forma parte del poemario "Macuro", escrito en esa localidad de Venezuela.
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