Ya no habrá luces ni sombras.
Y, sobre todo, no sabrá
de las pánicas máscaras
ante ningún reflejo del papel
- las infinitas, idénticas,
de animal que se sabe -
y no sabrá que nunca fue
ni estuvo
ni el para qué ni el desde dónde
este saber del no saber
hasta que, al fin, ya no sabrá
que no sabrá.
Camino sin camino.
Y ni siquiera polvo.
Y ni siquiera paz.
Cuenta vieja sellándose.
de Lucila Févola, Buenos Aires, Argentina
El presente poema forma parte de su libro "Movimiento que mueve".
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