Aquí están los cinco panes y los dos peces.
Con eso nos basta, no pido un milagro.
Déjennos con nuestras cosas sencillas
segar en paz los campos
crecer las madreselvas en las paredes viejas.
que el rumor del mar acune el sueño de nuestros niños
que la música corra por las calles, las piedras y el desierto
que la sangre de mis amigos florezca en palabras, letras y canciones
no dejen que caiga estéril en la tierra muerta.
Tiberíades llora.
Los nidos de las golondrinas han sido destrozados
no nos quiten la primavera.
Zozobra la barca en el mar de Galilea
No caminen sobre sus aguas
no nos interesa su vino
con el agua clara nos basta, no pido un milagro.
de Iris Díaz, Neuquén, Argentina
Dedicado al amigo Andrés Aldao (Maalot Tarshija, Israel)
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