"...las aguas del abismo
donde me enamoraba de mí mismo".
Quevedo
Sobre el espanto del pozo
siempre pensé tocar el agua.
Nunca lavar las manos,
no mancharlas.
Sólo el pozo y mi sed.
Nunca las viejas bocas
ni los baldes usados en balde.
No el agua que titila
su confortable techo
y toda la pasión de sus ahogados.
Nunca
el ojo contemplativo.
Todo esto lo digo
con el terror del equilibrista.
de Damaris Calderón, nacida en Jagüey Grande-Cuba, reside en Chile.
Poema que forma parte de la antología "Álbum de poetisas cubanas".
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