10.12.08

El hilo

Trato de contar esta historia como mi madre
usa el hilo.
Mi madre enrolla el carretel con su dedo
izquierdo, corta la hebra con los dientes y
la puntada fluye. Pero mi historia se parte,
y antes entrara el rico y el camello por el
ojo de una aguja.

Como en la foto desvaída, siempre tengo
un año y mi madre veintinueve, inclinada sobre
mí, con el pelo cayéndole sobre la cara. La
belleza de mi madre es de una intensidad
dolorosa. Pero las enfermeras llegan y me
salvan -a mí, para mi madre- del cierre del
cordón umbilical.

Llamo historia al desgarrón para distanciarme.
Mantengo la distancia precisa entre la aguja
y el hilo, lo que va de una niña de un año
a una anciana de veintinueve.

Trato de contar esta historia como mi madre.
Mi madre enrolla el carretel en su dedo izquierdo,
corta la hebra con los dientes y la puntada fluye.
Pero mi historia se parte, y antres entrara el rico
y el camello por el ojo de la aguja.

de Damaris Calderón, nacida en La Habana, Cuba, reside en Chile.
De su libro “Duro de roer”.
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