Con la mirada dispersa en el horizonte
has querido perpetuar el doloroso tatuaje
del amor.
¿Dónde dejaste tus años, cantor,
por tu sed, por nombrar lo innombrable,
por estar a solas siempre con alguien
a solas, acompañando tu soledad?
Cruje tu corazón,
hay barullo,
zumba.
Quiere gritar y el silencio no lo deja.
Siempre se va,
se va.
Huye,
huye, en busca de sí.
¿Dónde dejaste tus años, cantor?
de Guillermo Furlong Franco, México
Poema de la Antología "Café con Letras".
© ISBN 978-987-1932-17-7
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