Se aferra, la crispada mano,
al puño de la antorcha.
Duele respirar. La vida duele.
Un sólo paso más y ve el altar
excavado en la piedra de reflejos violetas.
Sobre él reposa el cuenco
con un vino de miel, dulce y cansado.
de Graciela Perosio, Buenos Aires, Argentina
Poema de su libro "Regreso a la fuente".
© ISBN 987-563-078-0
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