No era yo de esta tierra
no era mío su cielo
ese espejo hundido en sí mismo
que aguarda el instante de romperse
ni me pertenecía su deseo
hora insepulta arcilla doliente
con su gramática de soles
ni tampoco su ley
que decreta precipicio bajo el sueño
no
yo llegué aquí
el día que empecé a pronunciar mi cuerpo
no era mío su cielo
ese espejo hundido en sí mismo
que aguarda el instante de romperse
ni me pertenecía su deseo
hora insepulta arcilla doliente
con su gramática de soles
ni tampoco su ley
que decreta precipicio bajo el sueño
no
yo llegué aquí
el día que empecé a pronunciar mi cuerpo
de Adalber Salas Hernández, Venezuela
Poema de su libro "Extranjero" (2012).
- Fuente: Con-fabulación Nº 30, Colombia.
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