Hoy, 6 de enero, una mano maga, reina del espacio abierto del
amor, me dejó un regalo de tiempo, un reloj. Por él me prometo
disfrutar y acrecentar mis horas sensibles, las de creer en los
reinos invisibles que pueden trasformar un momento cualquiera
en un pequeño cielo. Reyes, Quijotes, arte, belleza, la verdad, la búsqueda de
la justicia. Esos ratos, donde solos, acompañados por pocos, o por
multitudes, volvemos a creer en lo que nos dijeron que ya no se
puede: que otra vida y otro mundo son posibles.
de Cristina Villanueva, Buenos Aires, Argentina
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