Las uvas ya logran ser también
el centro de gravedad de las
abejas.
Son de una variedad dulce
con una delgada piel
de color
verde
casi agua.
Un siglo o más hará que las trajeron
de las
laderas del Piamonte.
Sólo semillas.
Y en mi boca, su sabor
sigue
siendo el de la primera uva.
El racimo pesa con la
densidad
de otras leyes de la física.
Va abriéndose paso
desde el
futuro.
Se ilumina.
Es esa parte profunda, infantil,
que todavía
espera,
colgada del vacío,
no caer.
de Osvaldo Picardo, Mar del Plata, Argentina
De su libro "21 gramos", de reciente edición.
Datos y otros comentarios: http://www.abacq.org/cuaderno/index.php?Osvaldo-picardo
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1 comentario:
"21 gramos" -el peso del alma según se dice- está iluminado por poemas asombrosos. Un verdadero gusto.
A.Marcoux
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