A Delfina Tiscornia
A Jeanne Hébuterna,
que por amor siguió al pintor Amadeo Modigliani en la muerte.
A otras mariposas de la alborada:
Unica Züm, Sonia Araquistain, Dorothy Hale...
Las que se deslizan desde íntimas oquedades
desnudas ante el llamado del alba
¡ah ellas!
—deseadas por la nada—
abren el abanico del vértigo
con su aire soplando tenaz hacia lo oscuro
a la ávida boca del vacío
donde
antiguos gritos
venidos a primer plano
—funeral campanada de intemperie—
uno a uno
caen
caen
frente al pavimento y su gesto huraño
como vívidas hojas
deshojadas de un guión
caen
caen
una a una
flotando
—último acto de poesía—
desde la torre más alta.
de Cristina Berbari, Buenos Aires, Argentina
De "Fuegos en fuga".
______________________________________
2 comentarios:
Se puede visualizar ese abanico, ese movimiento donde caen como hojas y eso es lo más vívido. Increíble.
Ignacio Salazar
Extraordinarios estos poemas escritos por mujeres-
Ricardo Torres Bellant
Publicar un comentario