Presencias
celestiales iluminan
las horas de fatiga y desvarío.
Ellos están aquí,
son lámparas vivientes,
que mueven en silencio sus alas incorpóreas.
Un pájaro de plumaje hecho de miel y de canela
acaba de posarse en mi ventana.
las horas de fatiga y desvarío.
Ellos están aquí,
son lámparas vivientes,
que mueven en silencio sus alas incorpóreas.
Un pájaro de plumaje hecho de miel y de canela
acaba de posarse en mi ventana.
Graciela Maturo, Santa Fe / Buenos Aires, Argentina
https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2010/11/1932-graciela-maturo.html
3 comentarios:
Felicitaciones, el poema es hermoso, etéreo y espiritual.
Marisol Mounier.
Esas presencias celestiales auguran la magia de la felicidad.
Semblanza poética del estado de gracia.
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