Abre la puerta
la bestia y tiembla
—cuando
vuelva
me
rodearé de helechos
y haré
del aire sangre y linfa.
La
pesada piel se habrá disuelto
al abrir
la puerta la bestia.
Me alzo
en el sueño y lo repito, sin voluntad,
como era
en la inmovilidad de la piedra.
La ola
sale del ojo, de la tierra abierta
—arrojo
lascivos susurros.
La voz
es la sombra, es el cuerpo.
Razón,
punto de luz,
cae
derrumbado el árbol de equilibrio.
de Liliana Ponce, CABA, Argentina
De “Teoría de la voz y el sueño”.
Reportaje: https://lexia.com.ar/Reportaje_Liliana_Ponce.html
2 comentarios:
Una poética onírica bastante difícil de analizar. Habría que leer más poemas del libro.
Hermético.
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