Estas horas
últimas de un día que ya no llora
se dispersan por las hendijas
que dejan las sombras
antes que apague todas las luces
y recite la última oración
que quizás nadie escuche
ella caminará lento
casi imperceptible
detrás de mi espalda
la dejo
como el último habitante
que siempre resiste partir
Oscar
Vicente Conde, Lanús -Buenos Aires-, Argentina
Del Boletín “La Fundación” N° 5.
4 comentarios:
Esa figura quasi hermética crea un clima interesante.
Gracias
El contenido de luces y sombras crea un contexto que se puede visualizar.
Saludos.
Marisol Mounier
Posiblemente el poema sugiera un aura medio oculta, enigmática. Está muy bueno.
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