A María Meleck Vivanco
Las bocas afinan la voz
y salvan las lágrimas de rostros
que nadie toca
lo anuncia el violín del ángel
cuando hace cantar a la rosa errante del
silencio.
¡Gloria a la luna llena del perdón!
¡A la rosa blanca de tu asombrero!
María Montserrat Bertrán, Buenos
Aires, Argentina
De
“En el Mar de su nombre”.
5 comentarios:
Uauu, qué belleza de poema! Silvia Posse
Muy lindo homenaje de 'asombrosas' connotaciones.
Exultante
Precioso! -Si no me equivoco este poema recibió un premio -
Eli More
Bello poema Montse, un gusto encontrarte en la página de Lina.
Mi abrazo
Analía
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