26.12.20

La isla de los manzanos


Cerrar las ventanas por la noche.
Aguardar que las manzanas asadas
te cobijen.

Observar en el verde
lo frondoso que ha crecido el ficus.

Comprobarle a la casa sus sueños.
Leer en su texto indeleble

la certeza tallada con el corazón.
Como si de pronto un druida

se hubiera hecho cargo
del mundo y su peso
,
sentirse
de tanto en tanto

a salvo.

 

Sandra Cornejo, La Plata -Bs.Aires-, Argentina
De “Bajo los ríos del cielo”.

Entrevista
: https://lexia.com.ar/Reportaje_Sandra_Cornejo.html
Sitio: http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=119

6 comentarios:

Analía Pascaner dijo...

Bellas imágenes en tu poema, Sandra, y ese final ¡ay! te saca un peso de encima y sabés que todo va a estar bien. Muchas gracias, y además un placer verte en El Escribidor.
Un abrazo
Analía

Marinés Monsalvo dijo...

Me encanta esa idea: la figura un druida aliviando el peso del mundo. Es genial!!!

Cecilia Gentile dijo...

Sí, al menos de tanto en tanto, por favor!

E. Rai dijo...

Hermoso poema! Sutilmente crea una manera de señalar tiempos difíciles que sin embargo no afectan al ficus (y por ende, a la naturaleza).

El AnVerso dijo...

Este hondo poema propone una mirada reconfortante, enriquecida por un ángulo de vida más propio, más natural. Gracias por ello.

Santiago M dijo...

El refugio de una utopía creada a lo largo de cálidas imágenes. Hermoso poema!