Ella le pedía la luna, él le traía poemas, pétalos de
jazmín, un espejo donde ella vería esa luz plateada, y hasta un cheese cake
redondo y blanco. Ella golpeaba su zapatos contra el suelo gritando " ¡No,
quiero otra cosa, dame la luna de verdad! ".
Una extraña escalera sin final frente a la ventana del dormitorio de la mujer que quería las cosas al pie de la letra, le permitió verlo subir, subir, subir al infinito... y perderse.
Cuando ya no lo vio más, lloró lágrimas de cielo porque había empezado a creer en el valor de las metáforas.
de Cristina Villanueva, Buenos Aires, Argentina
Una extraña escalera sin final frente a la ventana del dormitorio de la mujer que quería las cosas al pie de la letra, le permitió verlo subir, subir, subir al infinito... y perderse.
Cuando ya no lo vio más, lloró lágrimas de cielo porque había empezado a creer en el valor de las metáforas.
de Cristina Villanueva, Buenos Aires, Argentina
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