Ahora escribo otoño como se escribe lluvia
porque tu abrazo es lluvia silente donde habita
la profunda querencia de mi cuerpo.
. . .
Un cauce de violetas se pierde en calendarios
de mariposas muertas y rosas deshiladas.
Las horas del otoño nos conquistan
con la página en blanco de tu espejo
y la estrella fugaz de mis relojes.
Un hontanar de lumbre en mis mejillas
hace un quiebro de luz sobre tus labios,
incendia la nostalgia y llena con tu nombre
un latido de fuego en mi garganta.
Para ultimar septiembre,
con un fulgor de viva adolescencia
buscaremos los leves destellos de tus ojos
en los nidos ocultos de mis brazos
y al comenzar octubre
habrá un árbol secreto en mi paisaje.
Ahora escribo otoño como se escribe ausencia.
Es ausencia el milagro de los sueños
al lado del brocal de tu cintura,
es ausencia el refugio de tus hombros
y aquella dimensión de nuestro abismo.
Sobre esta mesa
donde la noche tiembla quietamente
revivo tu recuerdo por dentro de mi tacto
y descubro que aún escribo otoño
con el viejo lenguaje que tengo para amarte
en la nueva estación de la esperanza.
(Fragmento) de Cristina Cocca Arrendó, España
Poema que obtuvo el Primer Premio 2005 "Cafetín Croché", Madrid, España.
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