26.12.08

La mesa infinita

En esta mesa ya estuve sentado una vez.
Me gustaría explicarle a la muchacha de boina vasca
que en estos tiempos puede constituir una amenaza íntima.
Al fondo de esta casa hubo un naranjal.
Ahí vengo yo con un sudario y mi padre el acordeonista se despierta.
Yo soy el cavador, el que viene con libros antiguos
y cava y cava y vuelve a cavar en busca de minerales.
En la oscuridad
los domos del aire son las contraseñas que nadie espera.
Algo se oxida en los tragaluces.
Soy el destinatario de la brevedad que nos sucede.
En el brasero el panecillo imposible se hace gratitud.
En esta esta mesa ya me senté
y hubo bisiestos y sobresaltos.

de Reynaldo García Blanco, Santiago de Cuba
De su libro "Campos de Belleza Armada".
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1 comentario:

Pina dijo...

amigo Rey,
amiga Li:
va un abrazo desde acá

pina y bruno