Llevo la fidelidad de aquellas almas
ilusorias, sensibles,
sueños prodigiosos, palabras recónditas.
Sin amparo, el hastío invade
con humillación y maldad.
Asciende a celebrar la muerte y la victoria.
Lleva el poder de lo inhumano.
Nos transformamos en estos seres ausentes,
solitarios, sin caridad ni perdón
perdidos en un amargo combate
de azar y redes prefijadas.
Una deidad extraña ama y destruye.
de Carlos Penelas, Buenos Aires, Argentina
De "Calle de la flor alta".
Más de este autor: http://www.carlospenelas.com
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1 comentario:
interesante planteamiento el del remate.j.dalesio
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