4.12.16

Deslizar el ocio


El costado mínimo de la verdad
ensaya un giro.
De inmediato,
un almanaque de pared
logra esa misma angulación
y arrastra consigo
las cuatro paredes del cuarto.
Por efectos de la rotación,
los objetos dramatizan
perfiles de tedio en lo contiguo.
El crepúsculo, afuera, es bello igual,
sólo que ahora sus colores claman
desde otra ventana, la que daba al sur.
Noventa grados han bastado
para oponer el pecho
(o, si se prefiere, la espalda)
a la abundancia del planeta.
Noventa grados sobre el sí o el no
que también giran sin eje y sin retorno.


de José Emilio Tallarico, Buenos Aires, Argentina
De "Ese espacio que tiembla".
Más del autor: http://alpialdelapalabra.blogspot.com.ar/2011/07/jose-emilio-tallarico-poemas.html
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente: el giro, la angulación, el sí o el no... dimensiones inefables que solemos pasar por alto.
GAby Strauss

Anónimo dijo...

intensa reflexión muy bien lograda. j.dalesio

Anónimo dijo...


Según entiendo, la profundidad del poema tiene su punto fuerte en lo que abarca la visión del sur.
Eli More