30.9.19

esa mujer...

 
esa mujer que escribe desciende de una flor
    arropada con intensos colores
toca el borde afilado del papel
   una pequeña herida surca el dedo
      gotea seca la palabra

no hay lugar para el respiro
                 un farol apaga la ceguera
 es un martes cualquiera suelto en el universo

        se han olvidado de atarlo en algún escondite

la palabra rumea en el rincón preciso

            y ahora el poema apenas
       casi imperceptible
deambula por sus labios

                                          y sonríe


de Graciela Licciardi, CABA, Argentina
De “Vestida de soledad”, sector ‘De la palabra y sus manías’.
Su sitio: www.gracielalicciardi.com.ar

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, es un placer leer este delicioso poema. Mario Riccioni.

Anselmo dijo...

Atractivo.

Marinés Monsalvo dijo...

¡Hermoso! Me encanta el concepto de que cuesta lo suyo, en este caso una pequeña herida, el hecho de poder escribir un buen poema.

El AnVerso dijo...

Esta serie de poemas de septiembre se ve muy bien compaginada, da gusto encontrar un blog de estas características. Mi agradecimiento.

Anónimo dijo...

celebro tanta deicadeza y profundidad! susana zazzetti