Lo nuestro es delatarnos, es decir,
tener las olas a merced y un grito a cuestas.
Un alarido como pocos,
un falso tragaluz, una carnada.
Dejar los ojos quietos en la sombra insensata,
desconocer la luz y abjurar,
abjurar para siempre.
Será que ningún zorzal habitó estos espacios,
será que mi especie se llena de absurdos
señuelos
o de llamaradas al ardor de las jinetas.
Esta noche se empecina, como tantas,
en buscar la primavera.
tener las olas a merced y un grito a cuestas.
Un alarido como pocos,
un falso tragaluz, una carnada.
Dejar los ojos quietos en la sombra insensata,
desconocer la luz y abjurar,
abjurar para siempre.
Será que ningún zorzal habitó estos espacios,
será que mi especie se llena de absurdos
señuelos
o de llamaradas al ardor de las jinetas.
Esta noche se empecina, como tantas,
en buscar la primavera.
de Ricardo Rubio, Lomas del Mirador
-Buenos Aires-, Argentina
De “Rapsodia
Gris”.
Su sitio: www.ricardorubio.blogspot.comReportaje: https://lexia.com.ar/Reportaje_Rubio.html
5 comentarios:
Formidable.
Quizás aún fuese posible enmendar la rémora que arrastra nuestra especie. Extraordinario poema.
O será que fuimos destinados a ser nuestros propios depredadores. En tal contexto siempre será casi imposible buscar la primavera. Enorme poema.
Brillante poema del querido Ricardo Rubio.
Brillante poema del querido Ricardo Rubio.
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