Desnudé mis ojos,
me saqué los zapatos,
el verso maltrecho.
Luego me vi extinguirme como un chispazo,
como una gota de papel picado en el ojo
del niño que no he sido.
No hay nada aquí. Sólo el vuelo del cuervo
me saqué los zapatos,
el verso maltrecho.
Luego me vi extinguirme como un chispazo,
como una gota de papel picado en el ojo
del niño que no he sido.
No hay nada aquí. Sólo el vuelo del cuervo
rondando tanta muerte,
los huesos,
la flor desvanecida sobre un hierro candente,
la carta al otro lado de mi sombra.
Me despedí de dios como pude.
los huesos,
la flor desvanecida sobre un hierro candente,
la carta al otro lado de mi sombra.
Me despedí de dios como pude.
Hugo Francisco Rivella, Salta, reside en
Córdoba, Argentina
De "Ojo Astillado".
Biodata: http://www.portaldesalta.gov.ar/rivella.htm
8 comentarios:
Excelente poema. Muy fuerte.
Fuertísimo.
Este increíble poema asume un eje trascendental, felicitaciones al autor!
Cómo sobrellevar tanta angustia??
Naty Meyer.
Con ese final tan impactante el poema va mucho más allá de lo explícito.
Muy bueno tu poema, Hugo Francisco. Felicitaciones. Elena S. Eyheremendy
Emociona de principio a fin! Elocuentes metaforas. Excelente poema, gracias!
Intenso y estremecedor tu poema, Hugo. Gracias.
Un abrazo
Analía
Publicar un comentario