Una música
pequeña
Como el ojito de un pájaro
Sube
Rompiendo tímidamente el silencio
La tarde se hace un tango dulzón y pegadizo
Resistiendo en el pecho
El embate feroz de otras tardes,
De una música que no era ajena,
De puertas, de roperos
De un cuero conocido girando en los rincones
Y la arena
Siempre esa arena volada de misterio,
Arenisca caprichosa, malhumorada, trágica,
Que se cierra para siempre en los ojos
Como el ojito de un pájaro
Sube
Rompiendo tímidamente el silencio
La tarde se hace un tango dulzón y pegadizo
Resistiendo en el pecho
El embate feroz de otras tardes,
De una música que no era ajena,
De puertas, de roperos
De un cuero conocido girando en los rincones
Y la arena
Siempre esa arena volada de misterio,
Arenisca caprichosa, malhumorada, trágica,
Que se cierra para siempre en los ojos
Silvia Mazar, Buenos Aires, Argentina
De su
poemario homónimo.
Reportaje: https://www.lexia.com.ar/reportajes_Silvia_Mazar.html
4 comentarios:
QUÉ LINDO!! ME GUSTA MUCHO. SUSANA BEATRIZ
Muy bueno, en estos tiempos "esa arena" es la metáfora del virus.
Saludos.
Sofía Molina Hidalgo
Resistir el embate de la tragedia... ésa es la clave!!
Me dio gusto leerte, Silvia, gracias. Siempre de pie, aunque esa arenisca se quiera cerrar en los ojos.
Analía
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