14.1.22

Agua de toda sed


                                   A Marguerite Duras


Espérame en el turbio acantilado de la memoria
donde la noche esculpe su deseo
su pulso visceral y se desnuda la carencia.
Espérame que vuelvo de la muerte,
de la profanación  de no ser nada más
que una grieta de sombra lacerante,
consumado misterio de voluptuosidad escandalosa.
Espérame en lo oculto,  en lo inasible,
medida de un invierno. Extranjería.
Agua de toda sed y sortilegio
de transfiguración desmesurada.
(No me queda más que un recuerdo,
el de tu nombre).
Oscuridad venial, vertiginoso gesto
De devorar y sucumbir.
(¿Cómo iba a imaginarme que estuvieses hecho
a la medida de mi propio cuerpo?)

El olvido no existe.
Siempre habrá dos amantes en el lecho del mundo.
Un arrebato de locura que reinicie el inútil combate de los cuerpos.

Siempre serán Nevers.
Siempre Hiroshima.


María del Mar Estrella, Buenos Aires, Argentina

5 comentarios:

Anónimo dijo...


Qué poema tan fuerte, María del Mar....!!

Marta Colomaro.

Santiago M. dijo...

Wow! Este sí que es un arrebato!

Juan Ortiz Figueras dijo...

Vertiginoso en su espesura. Saludos.

María Eugenia Palmer dijo...

No se puede negar el estilo poético de Ma.del Mar. ¡Hermoso!

Analía Pascaner dijo...

Que poema tan intenso. Gracias María del Mar.