Crees que al volver la encontrarás decrépita:
la humedad victoriosa en sus paredes,
sin el horizonte tibio que los cuerpos le daban.
Pero no: la casa vive entera,
engendra diálogos, crea otra intimidad
más honda que los besos, no alcanzada
por el ligero resplandor de la luz,
ya para siempre externa.
Las arañas reinventan las rutinas,
el metafísico rolido del tiempo.
Tal vez el óxido haya comido los metales,
pero todo está igual: eres tú el que se ha ido.
Rafael Felipe Oteriño, La Plata -Buenos Aires-, Argentina
De “Eolo y
otros poemas”.
Más poemas del autor: https://literariedad.co/2018/11/18/oterino/
Su blog: https://lospoetasnovanalcielo.blogspot.com
7 comentarios:
Todo se justifica con "el metafísico rolido del tiempo". Ortiz Figueras.
Gracias por difundir al gran maestro Oteriño.
Una interpretación lógica y muy buen final.
Muy bueno. Da la sensación de que la casa respira. Anita Soleniuk.
maestro de la palabra. bellísimo. susana zazzetti.
¡Maestro!:la casa, con todo lo que encierra, lo que implica, cantada en tantos poemas entrañables. Aquí con una vuelta de tuerca final, con ese remate que lo resignifica todo. Bravo!!!
Me gusta esa descripción de la casa con el remate final, inesperado para mí. Gracias Rafael.
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