Aunque
la muerte nos aleje de los hechos cotidianos
Se
mantendrá la silla la cama la toalla la mesa...
Permanecerá
la oración que había aprendido de mi madre
Que
ahora recitas tú
Tú, que eres mi hijo.
María D’Alessandro, Buenos Aires, Argentina
De “Cuando aún no sabía ni leer ni escribir”.
Biodata: https://epanadiplosis.wordpress.com/2018/05/01/maria-dalessandro-poesia-del-desarraigo/
6 comentarios:
Historia de un legado místico. Gracias
Me gusta esta brevedad.
Pablo Vardé
Inductivo.
Una oración sagrada, como un rosario a lo largo del tiempo.
Bendiciones por esa permanencia.
Bello poema, es necesario conservar algo que trascienda. Gracias María.
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