16.10.21

Breve ternura

                                                                 

a mi madre

Se fue lentamente amando la vida.
Sin darse cuenta,
se llevaba mi infancia,
el ardor de aquel joven, otras estrellas.

Ahora comprendo aquella caricia,
el echarpe en la escuela,
que sus retos de luz eran breves ternuras.

Hoy
abrí la ventana
un ruido de coches alteraba mi sueño,                    
la lluvia caía, era invierno en mi cuerpo.
Aunque ya no me escuche,
le diría te quiero
¡Madre!
No fue simple el camino,
construir el amor, la alegría.
Lo hemos logrado
ésta mañana  entre foto y jazmines
despierto con un susurro
y el eco de tu voz
¡Lejana,
Presente!
 

Norberto Barleand, CABA, Argentina
De “Orillas perdidas”, fragmento final.
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Más: 
https://poesiainexorable.wordpress.com/2016/07/09/norberto-barleand-buenos-aires-argentina/

5 comentarios:

Santiago M. dijo...

Cuánto cariño, cuánto sentimiento!

Anónimo dijo...

Me encanta! Anita Soleniuk

Marcelo Robles dijo...

Hermosos recuerdos de toda la vida. Gracias.

Anselmo dijo...

Memorioso.

Analía Pascaner dijo...

Gracias Norberto, por tu poema conmovedor e intenso, me emocionó y me llenó de recuerdos.